Fin del modelo de fundación encriptada: hacia un ecosistema de cadena de bloques sostenible
La Fundación de encriptación solía ser una fuerza importante en el desarrollo de la Cadena de bloques, pero ahora se ha convertido en un factor principal que obstaculiza el progreso. Con la aparición de un nuevo marco regulatorio en el Congreso de EE. UU., la industria de encriptación se enfrenta a una oportunidad rara: abandonar el modelo de la Fundación de encriptación y sus inconvenientes, y establecer un nuevo mecanismo que defina claramente responsabilidades y derechos, y que sea escalable.
La fundación de encriptación se originó en el idealismo descentralizado de los primeros fundadores: como administradores neutrales de recursos de la red, evitar la interferencia de intereses comerciales mediante la posesión de tokens y el apoyo al desarrollo del ecosistema. Sin embargo, con los cambios en el entorno regulatorio y la competencia del mercado, este modelo se ha desviado gradualmente de su propósito original.
El modelo de fundación de encriptación presenta numerosas deficiencias estructurales:
Falta de un mecanismo eficaz de coordinación de intereses
No se puede lograr una optimización del crecimiento a gran escala
Finalmente se forma un nuevo control centralizado
Con la aparición de un nuevo marco regulatorio basado en el control, la existencia de la fundación encriptación ya no es necesaria. El nuevo marco alienta a los fundadores a ceder el control, al tiempo que proporciona estándares de descentralización más claros.
La idea de incentivar la colaboración de la fundación de encriptación ignora la lógica operativa real de la organización. La falta de un motivo de lucro lleva a la fundación de encriptación a carecer de un mecanismo de retroalimentación claro, de rendición de cuentas directa y de restricciones del mercado. En contraste, la estructura empresarial tiene un mecanismo de rendición de cuentas incorporado, está sujeta a las leyes del mercado y puede optimizar mejor la asignación de recursos.
La fundación de encriptación también enfrenta restricciones legales y económicas, lo que le impide desarrollar productos periféricos o participar en actividades comerciales, incluso si estas actividades podrían beneficiar significativamente el desarrollo de la red. Esta estructura distorsiona la toma de decisiones estratégicas, lo que lleva a una ineficiencia en la asignación de recursos.
La eficiencia operativa de la fundación de encriptación también presenta problemas. Para cumplir con los requisitos de separación formal, los equipos altamente colaborativos se ven obligados a dividirse, lo que causa pérdidas reales.
Lo que es peor, muchas fundaciones de encriptación se han convertido en guardianes centralizados, controlando funciones clave de la red y permisos de actualización, pero carecen de responsabilidad sustantiva hacia los titulares de tokens.
Dado estos problemas, las empresas de desarrollo convencionales proporcionan un mejor vehículo para la construcción y el mantenimiento continuo de la red. Las empresas pueden asignar capital de manera eficiente, atraer talento de primer nivel y responder a las fuerzas del mercado.
Para resolver posibles problemas de desincentivo, se pueden utilizar las siguientes herramientas:
Empresa de beneficencia ( PBC ) arquitectura
Mecanismo de compartición de ingresos de red
Mecanismo de atribución de hitos
Cláusula de garantía del contrato
Sistema de incentivos programático
La nueva asociación descentralizada sin personalidad jurídica y sin ánimo de lucro DUNA( y la organización cibernética BORG) ofrecen un camino eficiente para implementar estas soluciones.
DUNA otorga estatus legal a las DAO, permitiéndoles firmar contratos, poseer activos y ejercer derechos legales, al mismo tiempo que evita la complejidad de la estructura de las fundaciones encriptadas. BORG, por otro lado, es una tecnología de gobernanza y operación autónoma que permite a las DAO trasladar las funciones de gobernanza a la cadena de bloques.
La fundación de encriptación desempeñó un papel importante en las primeras etapas del desarrollo de la industria, pero hoy su valor se ha vuelto marginal. Un nuevo entorno político, la transformación de la estructura de incentivos y la madurez de la industria apuntan a un futuro que requiere una gobernanza real, colaboración sustantiva y operaciones sistemáticas.
La nueva era de la encriptación necesita establecerse sobre un sistema escalable que tenga incentivos reales, rendición de cuentas real y verdadera descentralización. Solo así se podrá lograr el desarrollo sostenible a largo plazo del ecosistema de la cadena de bloques.
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El final de la fundación de encriptación: la cadena de bloques ecosistema se transforma hacia un nuevo modelo sostenible
Fin del modelo de fundación encriptada: hacia un ecosistema de cadena de bloques sostenible
La Fundación de encriptación solía ser una fuerza importante en el desarrollo de la Cadena de bloques, pero ahora se ha convertido en un factor principal que obstaculiza el progreso. Con la aparición de un nuevo marco regulatorio en el Congreso de EE. UU., la industria de encriptación se enfrenta a una oportunidad rara: abandonar el modelo de la Fundación de encriptación y sus inconvenientes, y establecer un nuevo mecanismo que defina claramente responsabilidades y derechos, y que sea escalable.
La fundación de encriptación se originó en el idealismo descentralizado de los primeros fundadores: como administradores neutrales de recursos de la red, evitar la interferencia de intereses comerciales mediante la posesión de tokens y el apoyo al desarrollo del ecosistema. Sin embargo, con los cambios en el entorno regulatorio y la competencia del mercado, este modelo se ha desviado gradualmente de su propósito original.
El modelo de fundación de encriptación presenta numerosas deficiencias estructurales:
Con la aparición de un nuevo marco regulatorio basado en el control, la existencia de la fundación encriptación ya no es necesaria. El nuevo marco alienta a los fundadores a ceder el control, al tiempo que proporciona estándares de descentralización más claros.
La idea de incentivar la colaboración de la fundación de encriptación ignora la lógica operativa real de la organización. La falta de un motivo de lucro lleva a la fundación de encriptación a carecer de un mecanismo de retroalimentación claro, de rendición de cuentas directa y de restricciones del mercado. En contraste, la estructura empresarial tiene un mecanismo de rendición de cuentas incorporado, está sujeta a las leyes del mercado y puede optimizar mejor la asignación de recursos.
La fundación de encriptación también enfrenta restricciones legales y económicas, lo que le impide desarrollar productos periféricos o participar en actividades comerciales, incluso si estas actividades podrían beneficiar significativamente el desarrollo de la red. Esta estructura distorsiona la toma de decisiones estratégicas, lo que lleva a una ineficiencia en la asignación de recursos.
La eficiencia operativa de la fundación de encriptación también presenta problemas. Para cumplir con los requisitos de separación formal, los equipos altamente colaborativos se ven obligados a dividirse, lo que causa pérdidas reales.
Lo que es peor, muchas fundaciones de encriptación se han convertido en guardianes centralizados, controlando funciones clave de la red y permisos de actualización, pero carecen de responsabilidad sustantiva hacia los titulares de tokens.
Dado estos problemas, las empresas de desarrollo convencionales proporcionan un mejor vehículo para la construcción y el mantenimiento continuo de la red. Las empresas pueden asignar capital de manera eficiente, atraer talento de primer nivel y responder a las fuerzas del mercado.
Para resolver posibles problemas de desincentivo, se pueden utilizar las siguientes herramientas:
La nueva asociación descentralizada sin personalidad jurídica y sin ánimo de lucro DUNA( y la organización cibernética BORG) ofrecen un camino eficiente para implementar estas soluciones.
DUNA otorga estatus legal a las DAO, permitiéndoles firmar contratos, poseer activos y ejercer derechos legales, al mismo tiempo que evita la complejidad de la estructura de las fundaciones encriptadas. BORG, por otro lado, es una tecnología de gobernanza y operación autónoma que permite a las DAO trasladar las funciones de gobernanza a la cadena de bloques.
La fundación de encriptación desempeñó un papel importante en las primeras etapas del desarrollo de la industria, pero hoy su valor se ha vuelto marginal. Un nuevo entorno político, la transformación de la estructura de incentivos y la madurez de la industria apuntan a un futuro que requiere una gobernanza real, colaboración sustantiva y operaciones sistemáticas.
La nueva era de la encriptación necesita establecerse sobre un sistema escalable que tenga incentivos reales, rendición de cuentas real y verdadera descentralización. Solo así se podrá lograr el desarrollo sostenible a largo plazo del ecosistema de la cadena de bloques.